miércoles, 1 de junio de 2011

EUROPA SIEMBRA EL HAMBRE

Europa siembra el hambre

Por Stephen Leahy

LEIPZIG, Alemania, 26 may (IPS) - Europa podría sufrir hambre en el futuro
a menos que cambie sus políticas agrícolas y convierta a los productores
en los protagonistas de las investigaciones en el sector, alertó un nuevo
informe.

Según el estudio, hay poca esperanza de que el continente logre su meta
anunciada de frenar la pérdida de biodiversidad en 10 años si no introduce
esos cambios.

Francia sufre una severa sequía, pero las leyes europeas sobre semillas
impiden a los agricultores de ese país utilicen una mayor variedad de
éstas, lo que podría ayudar, ejemplificó Michel Pimbert, del Instituto
Internacional para el Ambiente y el Desarrollo (IIED, por sus siglas en
inglés), con sede en Londres.

"Nuestras leyes sobre semillas establecen la uniformidad. Francia
solamente puede usar semillas aprobadas, y las nuevas variedades necesitan
mucha agua", dijo a IPS Pimbert, autor del estudio.

"La libertad de los productores para elegir las semillas, desarrollar
variedades mejoradas de cosechas y tener una agricultura con rica
biodiversidad será fundamental para la respuesta de Europa al cambio
climático", subrayó.

"Las políticas agrícolas de Europa nos impiden adaptarnos al cambio
climático. También son malas para la biodiversidad, ya que obligan a los
agricultores a utilizar una cada vez más estrecha gama de semillas y razas
de animales", afirmó.

Los productores se ven atados de manos por leyes que obligan la
uniformidad y protegen las patentes.

Bajo las normas de propiedad intelectual, los productores deben pagar por
usar genes y tecnologías patentadas, en su mayoría propiedad de grandes
corporaciones.

Los científicos se encuentran en la misma trampa y no pueden utilizar la
amplia gama de diversidad de semillas, dijo Pimbert.

El resultado es una drástica reducción de la diversidad genética, alerta
el informe Oportunidades para las Semillas en la Agricultura, divulgado a
comienzos de este mes.

El estudio se basa en los hallazgos del proyecto del mismo nombre
financiado por la Unión Europea (UE) y en el que colaboran institutos de
investigación públicos, redes de campesinos y asociaciones de productores
orgánicos de seis países del bloque.

Expertos coinciden en que la diversidad brinda mayor capacidad de
resistencia a un sistema de producción de alimentos que será duramente
afectado por el recalentamiento planetario.

Por ejemplo, una diversa combinación de plantas, árboles y animales
duplicó la cantidad de tierras cultivadas en 20 países de África
subsahariana en los últimos 10 años, según un informe de Olivier De
Schutter, relator especial de la Organización de las Naciones Unidas sobre
el derecho a la alimentación.

De Schutter llama a esta forma de producción "agroecología". No sólo logra
mayor resultados con menos costo, sino que también mejora la salud del
suelo y reduce drásticamente la llamada huella de carbono, que mide la
cantidad de gases de efecto invernadero emitidos a la atmósfera por
personas, productos o empresas.

"Es justo decir que entre 45 y 50 por ciento de todas las emisiones
humanas de gases invernadero proceden de la actual forma de producción de
alimentos", había dicho De Schutter a IPS en una anterior entrevista.

El actual sistema de producción mundial de alimentos "amenaza con matarnos
a todos", escribió el biólogo Colin Tudge, en el prefacio del estudio. "El
tipo de agricultura que hace más dinero en el más corto tiempo va
totalmente en contra del tipo de agricultura que puede alimentarnos, y que
podría seguir alimentándonos", escribió Tudge.

La agroecología funciona de la misma manera que la naturaleza, con una
amplia variedad de elementos que actúan sinérgicamente. Hay enorme
evidencia demostrando que esos métodos producen más alimentos y son más
sostenibles, afirmó.

La Política Agrícola Común (PAC) de la UE es un éxito pero sólo en hacer
dinero para las corporaciones y en la producción de grandes cantidades de
alimentos a un costo de enormes emisiones de carbono, contaminación,
degradación de las tierras y reducción del número de agricultores, señaló
Pimbert.

La edad promedio de un productor agrícola en Gran Bretaña es de más de 60
años. "Hay sólo un puñado de agricultores en Europa occidental. Han sido
reemplazados por máquinas y por capital", indicó.

La PAC es un sistema de subsidios y programas para el sector que debe ser
reformado en 2013. Actualmente se basa en principios neoliberales que han
fracasado, señaló Carlo Petrini, presidente de la organización Slow Food
International.

"Cada comunidad debe tener el derecho a elegir lo que produce sin
influencias externas dictadas por los mercados internacionales", afirmó.

Fortalecer el apoyo a los productores locales debe ser parte de la nueva
PAC, dijo por su parte el agricultor y activista francés José Bové,
presidente del Comité sobre Agricultura y Desarrollo Rural del Parlamento
Europeo.

"Si las comunidades rurales no tienen la posibilidad de decidir su
destino, entonces la situación no puede mejorar", señaló en una
declaración.

La nueva PAC debe dejar de concentrarse en los monocultivos y adoptar un
enfoque agroecológico para salvaguardar la biodiversidad de la que
dependen los suministros alimenticios, sostuvo Pimbert.

"Los científicos no están entrenados para tratar con sistemas complejos,
así que ese es el desafío". Los agricultores también necesitan un lugar
central en los esfuerzos, con libertad para intercambiar semillas y
utilizar la diversidad, señaló.

En la actualidad, Europa no está preparada para afrontar el cambio
climático. "Hasta ahora hemos amortiguado impactos significativos, pero lo
que viene va más allá de nuestra experiencia", concluyó Pimbert.



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