Grandes mataderos y cadenas de distribución empujan a los productores de conejo a la ruina.
La caída del precio en origen por debajo de costes pone contra las cuerdas a las explotaciones familiares. Desde 2007, casi el 40% se han visto obligadas a cerrar. COAG ha solicitado una reunión urgente al Ministerio de Agricultura para estudiar medidas.
- Una parte de los mataderos se niegan a recepcionar toda la producción de sus zonas de influencia, no hacen contratos y, de haberlos, incumplen de forma unilateral las condiciones pactadas en los mismos.
- Por su parte, la gran distribución continúa con su política de escasa valoración de la carne de conejo, financiando con las pérdidas del ganadero su estrategia comercial de bajo precio.
- COAG ha solicitado una reunión urgente al Ministerio de Agricultura para denunciar los incumplimientos de la Ley de Cadena Alimentaria y estudiar medidas que eviten la quiebra de los cunicultores.
29 de septiembre de 2015. El sector cunícola de COAG ha solicitado una reunión urgente al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente para estudiar una serie de medidas que eviten la quiebra de las explotaciones familiares ante la importante caída de precios que arrastra el sector desde el inicio de 2015, que está obligando a los productores a vender por debajo de costes. Asimismo, se pedirá que en el encuentro participe la Agencia de Control e Información Alimentario (AICA) para poner sobre la mesa las reiteradas infracciones de la Ley de Cadena Alimentaria, que el sector cunícola de COAG ya trasladó en su momento.
“Los productores estamos viviendo unas circunstancias inaceptables, como la negación de determinados mataderos para absorber la producción de sus zonas de influencia, la inexistencia de contratos entre las partes e incumplimientos de las condiciones pactadas en los mismos, razones que dificultan aún más la negociación de unos precios remunerativos. Sentimos una gran indefensión”, ha subrayado el responsable del sector cunícola de COAG, Jose Luís Santaclara.
Por su parte, la gran distribución continúa con su política de escasa valoración de la carne de conejo, financiando con las pérdidas del ganadero su estrategia comercial de bajo precio. “Hay que invertir el proceso de formación de precios en la cadena de valor de la carne de conejo, para que éste se forme de abajo hacia arriba, considerando los márgenes de rentabilidad de cada uno de los eslabones. Nuestro futuro pasa por la rentabilidad, ya que la producción de carne de conejo es un sector económico muy importante para el medio rural, del que dependen más de 35.000 familias de manera directa y miles de puestos de trabajo de forma indirecta”, ha recordado Santaclara. En este sentido, el responsable cunícola de COAG ha calificado como lamentable y vergonzante el último informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en el que avala la venta a pérdidas. “Lo que realmente perjudica al consumidor es el cierre de explotaciones en su entorno más cercano y el aumento de las importaciones de terceros países, cuyos métodos de producción están muy alejados de los altos estándares en materia de calidad, seguridad alimentaria y bienestar animal que se exigen en la UE”, ha apostillado.
Los precios en origen del conejo llevan meses cayendo en picado, situándose, en muchos casos, por debajo de los costes de producción, lo que provoca cuantiosas pérdidas mensuales para las granjas. Ya en 2014, el precio promedio del conejo, según el MAGRAMA, se situó en unos 1,77 €/kg vivo, lejos de la media de los 2 últimos años y por debajo de los precios medios del año 2012 (1,84 €/kg vivo) y 2013 (1,94 €/kg vivo). En la actualidad, el precio medio ronda los 1,50 €/kg vivo. Según un estudio desarrollado por la interprofesional INTERCUN el coste de producción promedio estimado en el sector cunícola en 2014 se situó en 1,80 €/kg vivo, lo que aboca al sector a vender a pérdidas.
Esta crítica situación ha obligado a muchas granjas a echar el cierre ante la imposibilidad de hacer frente a años de pérdidas y deudas. Así, mientras que en el año 2007 se contabilizaban 5.195 granjas cunícolas, en 2014 el número de explotaciones se reducía hasta las 3.315, una pérdida del 37%.
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