En este contexto, COAG rechaza el aumento del 0,6% de las plantaciones propuesto por el Ministerio para 2016. Se aboga por un ligero incremento del 0,2%, destinado a jóvenes agricultores profesionales.
- Además, en los próximos cinco años, entrarán en producción 130.000 nuevas hectáreas en espaldera y regadío, lo que supondrá un incremento del potencial productivo de 500.000 hl.
- “Antes que aumentar de manera desmedida el potencial productivo, es vital acometer una reordenación del sistema productivo del vino español con el objetivo de garantizar las rentas de los agricultores”, ha subrayado Joaquín Vizcaíno de COAG.
Madrid, 27 de enero de 2016. Antes del próximo 1 de febrero, el Ministerio de Agricultura Alimentación y Medio Ambiente, tiene que publicar oficialmente la resolución sobre el porcentaje de autorizaciones de nuevas plantaciones de viñedo para 2016. La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) rechaza el aumento de 0,6% (cerca de 6.000 hectáreas) fijado por el MAGRAMA. Desde esta organización se aboga por un mínimo incremento del 0,2% (1.900 hectáreas), orientado principalmente a los jóvenes agricultores profesionales, con el objetivo de incentivar el relevo generacional en el sector.
“Hemos pedido al Ministerio máxima prudencia ante el nuevo sistema de autorizaciones de plantación de viñedo ya que no conocemos la dinámica que mantendrá el sector ni el impacto de las nuevas autorizaciones. Además, lamentamos que los criterios marcados por el Ministerio de Agricultura para establecer la prioridad en la concesión de nuevas autorizaciones penalicen a los viticultores profesionales, especialmente a los jóvenes”, ha subrayado Joaquín Vizcaíno, responsable del sector vitivinícola de COAG.
La normativa vigente da prioridad en la concesión de autorizaciones de plantación a menores de 40 años que no cuenten con viñedo a su nombre. Para COAG es especialmente injusta la situación que sufren los agricultores jóvenes: si antes se les obligaba a contar con cierta cantidad de viñedo para recibir las ayudas de Primera Instalación, el nuevo sistema les penaliza a la hora de recibir nuevas autorizaciones si previamente tienen viñas a su nombre.
Un contexto que no invita a un crecimiento desordenado
1. Vendimiar “a pérdidas”. Salvo en determinadas Denominaciones de Origen, las explotaciones vitícolas tienen la rentabilidad muy comprometida. En las últimas campañas han sufrido unas significativas caídas de precios de la uva para vinificación, en algunos casos superiores al 20%. El último estudio económico del MAGRAMA sobre el sector Vitivinicola en 2014, recoge unas pérdidas de 22.000 euros en un explotación tipo en España, (- 427€/hectárea).
2. Impacto de la reconversión a espaldera y en regadío. Las superficie reestructurada con reconversión a espaldera y en regadío, incrementa de media el rendimiento en unos 40 hl/ha. Se prevé que entren en producción desde 2016 a 2021 unas 130.000 has acogidas a los planes de reestructuración y reconversión entre los años 2013 y 2018, lo cual incrementará el potencial de producción en unos 500.000 hl.
3. Impacto de los derechos de plantación que caducan. Actualmente hay 68.051 has de derechos que irán caducando en los próximos 8 años, para el 2016 está previsto que expiren 14.748 has (un 22% de los derechos totales) y para el año 2017 caducarán 10.844 has (un 16% de los derechos totales). Entendemos que un buen número de estos derechos o la mayoría de ellos acabará transformados en autorizaciones y plantados de viñedo ya que son superficies que pueden acogerse a las ayudas a la reconversión del viñedo y no se dejaran expirar su período de validez en tanta magnitud como hasta la fecha.
4. Más exportaciones pero a bajo precio. Según un informe del Observatorio Español del Vino, en 2014 las exportaciones españolas, en vinos y motos, fueran las más económicas de todos los principales países exportadores a nivel mundial, con una media de apenas 1,11€/l, cotizaciones incluso por debajo de los países productores emergentes del Hemisferio Sur.
COAG siempre ha defendido un crecimiento ordenado y regulado de la superficie de viñedo en España, como manera óptima de mantener un equilibrio entre oferta y demanda que garantice las rentas de los viticultores.
Estudio económico del MAGRAMA sobre el sector vitivinícola (2014)
- “Antes que aumentar de manera desmedida el potencial productivo, es vital acometer una reordenación del sistema productivo del vino español con el objetivo de garantizar las rentas de los agricultores”, ha subrayado Joaquín Vizcaíno de COAG.
Madrid, 27 de enero de 2016. Antes del próximo 1 de febrero, el Ministerio de Agricultura Alimentación y Medio Ambiente, tiene que publicar oficialmente la resolución sobre el porcentaje de autorizaciones de nuevas plantaciones de viñedo para 2016. La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) rechaza el aumento de 0,6% (cerca de 6.000 hectáreas) fijado por el MAGRAMA. Desde esta organización se aboga por un mínimo incremento del 0,2% (1.900 hectáreas), orientado principalmente a los jóvenes agricultores profesionales, con el objetivo de incentivar el relevo generacional en el sector.
“Hemos pedido al Ministerio máxima prudencia ante el nuevo sistema de autorizaciones de plantación de viñedo ya que no conocemos la dinámica que mantendrá el sector ni el impacto de las nuevas autorizaciones. Además, lamentamos que los criterios marcados por el Ministerio de Agricultura para establecer la prioridad en la concesión de nuevas autorizaciones penalicen a los viticultores profesionales, especialmente a los jóvenes”, ha subrayado Joaquín Vizcaíno, responsable del sector vitivinícola de COAG.
La normativa vigente da prioridad en la concesión de autorizaciones de plantación a menores de 40 años que no cuenten con viñedo a su nombre. Para COAG es especialmente injusta la situación que sufren los agricultores jóvenes: si antes se les obligaba a contar con cierta cantidad de viñedo para recibir las ayudas de Primera Instalación, el nuevo sistema les penaliza a la hora de recibir nuevas autorizaciones si previamente tienen viñas a su nombre.
Un contexto que no invita a un crecimiento desordenado
1. Vendimiar “a pérdidas”. Salvo en determinadas Denominaciones de Origen, las explotaciones vitícolas tienen la rentabilidad muy comprometida. En las últimas campañas han sufrido unas significativas caídas de precios de la uva para vinificación, en algunos casos superiores al 20%. El último estudio económico del MAGRAMA sobre el sector Vitivinicola en 2014, recoge unas pérdidas de 22.000 euros en un explotación tipo en España, (- 427€/hectárea).
2. Impacto de la reconversión a espaldera y en regadío. Las superficie reestructurada con reconversión a espaldera y en regadío, incrementa de media el rendimiento en unos 40 hl/ha. Se prevé que entren en producción desde 2016 a 2021 unas 130.000 has acogidas a los planes de reestructuración y reconversión entre los años 2013 y 2018, lo cual incrementará el potencial de producción en unos 500.000 hl.
3. Impacto de los derechos de plantación que caducan. Actualmente hay 68.051 has de derechos que irán caducando en los próximos 8 años, para el 2016 está previsto que expiren 14.748 has (un 22% de los derechos totales) y para el año 2017 caducarán 10.844 has (un 16% de los derechos totales). Entendemos que un buen número de estos derechos o la mayoría de ellos acabará transformados en autorizaciones y plantados de viñedo ya que son superficies que pueden acogerse a las ayudas a la reconversión del viñedo y no se dejaran expirar su período de validez en tanta magnitud como hasta la fecha.
4. Más exportaciones pero a bajo precio. Según un informe del Observatorio Español del Vino, en 2014 las exportaciones españolas, en vinos y motos, fueran las más económicas de todos los principales países exportadores a nivel mundial, con una media de apenas 1,11€/l, cotizaciones incluso por debajo de los países productores emergentes del Hemisferio Sur.
COAG siempre ha defendido un crecimiento ordenado y regulado de la superficie de viñedo en España, como manera óptima de mantener un equilibrio entre oferta y demanda que garantice las rentas de los viticultores.
Estudio económico del MAGRAMA sobre el sector vitivinícola (2014)
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